Lo siento si no siempre hago lo que realmente desearía, cuando el miedo me aprisiona y paraliza. Lo siento si alguna vez no me he atrevido a compartir una de esas mil ideas que pasean por mi mente, si en más de una ocasión me he quedado con ganas de decir(te) algo. Y siento también si estropeé alguno de nuestros silencios. Lo siento si a veces estoy mal y sonrío. Y siento más si algún día te impedí verme. Lo siento si a menudo pienso demasiado y me pierdo entre mis propias comidas de cabeza. Lo siento si me encierro en un mundo que a ti puede resultarte inaccesible, si alguna vez he olvidado cederte las llaves de mi vida. Lo siento de veras. Lo siento porque cada segundo que dejas pasar de largo es imposible de recuperar, porque cada momento perdido te roba un pedacito de alma.