Recuerdo cuando vi Peter Pan por primera vez. En el momento en el que apareció en escena supe que quería ser como él, despreocupado, viviendo a tope, sintiendolo todo, siendo niño eternamente...pero al final de la película mi visión sobre él cambió. Dejó atrás a Wendy y la oportunidad de tener una familia. "Se esta equivocando" pensé. Y mantuve ese pensamiento mucho tiempo. Pero ahora no. Ahora pienso que él era el más afortunado de todos. Sabía que lo que en realidad importaba era disfrutar de la vida, sin preocupaciones, solo vivir el momento. "Olvídalos, Wendy. Olvídalos a todos. Ven conmigo y tú, nunca, nunca más tendrás que preocuparte de cosas de mayores" susurró Peter al oído de Wendy. Ella se dio la vuelta despacio, le cogió de la mano y saltó del balcón. Pero antes de alejarse con sus hermanos y Peter de su hogar, se dio la vuelta. Fue solo un segundo, un pequeño instante. Pero esa fue su perdición. Desde ese pequeño momento, algo en su interior supo que volvería a casa.
Yo no me habría dado la vuelta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Lucecillas...