Y un día te levantas con una nueva sensación que hacía mucho tiempo que no sentías. Y te das cuenta de que las cosas han cambiado. Que todo ese sentimiento se ha evaporado como si de agua se tratase. Que el laberinto que tenías en tu interior se ha convertido en una autopista desértica. Y ahí sólo estás tú, avanzando con un 600 de los de antes, tomándote la vida con calma, como siempre habías deseado. Sin prisas, sin presiones, sin metas, sin que otra persona conduzca tu vida. Tú decides. Un simple e indoloro recuerdo es la mayor perturbación que puedes sufrir. Sabes que tu vida ha elegido otro camino que ya ha comenzado a descubrir. Y te sientes bien, distinta, con cierta incertidumbre en los ojos y algún que otro vacío en el corazón.
No lo pienses más, fuera dudas, fuera miedos, la vida te brinda una nueva oportunidad. Cuando una puerta se cierra, otra se abre.
Me gustaría contarte mil cosas para mostrarte como serás a los treinta y tantos. Me recuerdas tanto a mí con tu edad que me dan escalofrios. Sigue así, la actitud ante la vida es un entrenamiento y tu vas camino de ganar la medalla de oro.
ResponderEliminarUn beso guapa.
me gustaría que me lo contaras :)
ResponderEliminarme alegro que te identifiques conmigo :D!
no sabes cuántos ánimos me has dado con lo de la medalla de oro..
enserio.. muchisimas gracias!