Sí, he crecido.

He crecido. Ya no necesito que me den las buenas noches, me basta con un “apaga ya la luz”, no necesito que me lean un cuento antes de ir a dormir, simplemente que me digan que cierre ya el libro y me acueste, no necesito despertarme con un ”buenos días”, el despertador o la luz del sol que se cuela por la ventana hacen el mismo trabajo, no necesito levantarme y tener ya el desayuno preparado, con saber donde están las cosas me basta, no necesito que me lleven al cole, con dinero para la guagua voy servida, tampoco necesito que me lleven al parque, se ir solita, ni que me empujen en el columpio, con el impulso de mis piernas es suficiente. He crecido. Ya no creo en el ratoncito Pérez, ni en los reyes magos, no creo en cuentos de hadas, ni en la vida de color de rosa, ni en una vida perfecta llena de sueños, ya no creo en que si te cae una pestaña, pides un deseo y soplas se cumplirá, ya no creo en nada que no sea lo que estoy viviendo ahora creo en mi vida, en aquello que puedo sentir, ver y tocar. Ahora ya he crecido y me he dado cuenta de que la vida es dura pero hay que seguir adelante, de que esta plagada de malos momentos, pero que los buenos siempre los superan, de que siempre sabrás las personas que verdaderamente son tus amigos por que estarán allí para todo y para siempre, de que te caerás demasiadas veces, pero siempre serán tus amigos los que te darán la mano para levantarte, de que no se puede soñar siempre, que hay que vivir con los pies en la tierra.Me ha dado cuenta ahora que he crecido de que el amor duele, de que no hay un chico perfecto, de que las medias naranjas se pudren antes de que las encuentres, de que el amor de verdad es pura fantasía de una mente soñadora, de que los cuentos de hadas con finales felices no existen, de que amar no significa compartir si no entregarle toda tu vida a la persona amada, que el amor duele, que los celos son malos, que los “te quiero” pueden ser falsos, que a veces el silencio es la mejor respuesta, que todos los príncipes azules destiñen, pero sobre todo me he dado cuenta de que el amor es un camino, no una meta.